HOMINIZACIÓN

HOMINIZACIÓN

Proceso evolutivo a través del cual una raza de primates dio lugar a la especie humana.




Póngidos y Homínidos:

- La familia de los póngidos, quizá más conocidos con el nombre de antropomorfos, son los mamíferos primates, del suborden de los antropoideos, entre los cuales se hallan los seres vivientes más próximos al hombre.

Se distribuyen en dos subfamilias, la de los hilobatinos, al a que pertenecen los gibones, y la de los ponginos, que comprende el orangután, el gorila y el chimpancé. Sus antecesores inmediatos pertenecerían probablemente al género Dryopithecus, del mioceno superior de Eurasia.



 Los Homínidos de posición erecta, gran desarrollo encefálico y psíquico. La  única especie que sobrevive en la actualidad es el hombre (Homo sapiens sapiens).


La adopción del bipedismo por parte de los primitivos homínidos supuso toda una serie de modificaciones anatómicas respecto a los grandes póngidos: 

1) Particularidad del aparato locomotor
- Alargamiento de las extremidades inferiores
.
En los póngidos dichos miembros son cortos y anchos, en cambio los de los seres humanos son largos y bien musculados. En los humanos el fémur es largo, delgado y recto, mientras que en los póngidos es corto, ancho y curvado. 

- Extremidades superiores
En su posición habitual, los brazos de los simios alcanzan el suelo; los del ser humano, por el contrario, llegan hasta la mitad de los muslos. Los de los póngidos son mucho más poderosos desde el punto de vista del desarrollo de la musculatura.

- Pies
Los de los póngidos son planos y macizos, y en ellos no ha desaparecido la capacidad prensil; se encuentran débilmente adaptados para soportar por sí solos el peso del cuerpo y el esfuerzo de la marcha. El pie humano, en cambio, es esbelto y se encuentra dotado de una perfecta estructura favorecedora del equilibrio y de la marcha; posee una forma curva, su planta es abovedada, los huesos del talón y del tarso se han hecho muy potentes. El dedo gordo no es oponible, permitiendo el apoyo de toda la planta. Nuestra marcha es flexible, armoniosa; caminamos con gran destreza. Al contrario que la nuestra, la marcha de los póngidos parece rígida, perezosa y torpe. 

2) Modificaciones de la pelvis
La pelvis de los póngidos es enormemente alargada y estrecha, y ello les impide la adquisición de una posición erguida duradera o permanente. El hombre, por el contrario, posee una pelvis corta y ancha; en ella descansa todo el peso del cuerpo, que de una manera equilibrada se transmite a las piernas. La forma de la pelvis humana dificulta el parto. 

3) La columna vertebral
Se une con el cráneo en su parte superior y con la pelvis por su parte inferior: 

- En los póngidos, la uníón de la columna con el cráneo se realiza por la parte posterior de este; por eso en ellos la cabeza “cuelga” hacia delante. La columna está muy curvada. 

- En la especie humana esta uníón ocupa una posición central, y la cabeza se encuentra en perfecto equilibrio sobre la columna vertebral. Sostenemos la cabeza erguida, lo que aumenta el campo de visión. La transmisión del peso del cuerpo y de la cabeza a la pelvis se realiza completamente en dirección vertical. Para facilitar esta transmisión nuestra columna se curva hacia delante en la zona lumbar y luego hacia atrás en la zona dorsal, en forma de ‘S’; además, entre las vértebras existen unos 9 discos cartilaginosos, blandos y amoldables, que funcionan como amortiguadores. Estos dispositivos y la citada curvatura permiten a la columna vertebral actuar de modo flexible y, al mismo tiempo, resistente en su función de soportar, distribuir y equilibrar el peso del cuerpo. 

4) Liberación de la mano
Desde la perspectiva de la evolución filogenética, el bipedismo y la posición erecta liberaron la mano de su función sustentadora y marchadora y la dejaron dispuesta para nuevas tareas. Las manos adquirieron gran habilidad manipuladora y se especializaron en la utilización y elaboración de múltiples instrumentos. Comparada con la de los póngidos, la mano humana es corta y ancha, posee un dedo pulgar perfectamente oponible a los demás, y con todos ellos se pueden realizar movimientos de extensión, flexión y prensión con suma facilidad y gran precisión. Lo cual significa que resultan enormemente aptas para las más delicadas funciones y tareas.



Homínidos:

El término homínido es de especial importancia para aprender y conocer la real historia de la evolución del ser humano. Se consideran homínidos a todos aquellos primates que son antepasados del hombre, además de incluirlo también a él. Lógicamente, la agrupación se establece a partir de que ambas partes (los simios y los seres humanos) comparten elementos entre sí tales como la anatomía, la postura y algunas costumbres.



Australopithecus:


La palabra australopithecus designa al género ya extinguido de primates homínidos, tal como se denomina a la familia biológica que incluye tanto a los grandes simios como al hombre.

El Australopithecus sediba es una especie ya extinta como el resto de las ramas que conforman el grupo de los australopitecos.

El único hallazgo de esta especie se remonta a unos casi dos millones de años atrás, habiendo vivido durante el Calabriense, que es la división temporal geológica que corresponde a la segunda edad y piso del Pleistoceno (medio) que pertenece al periodo Cuaternario.







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